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domingo, 12 de febrero de 2012

¡USTED NO IRÁ AL CIELO SINO AL REINO DE LOS CIELOS!


¡USTED NO IRÁ AL CIELO SINO AL REINO DE LOS CIELOS!


El Engaño de la Teología Tradicional:

Millones de hermanos han sido aleccionados por sus lideres de que hay un premio para los creyentes, y ése es el cielo. La mayoría de los que profesan el evangelio ven el cielo como la meta final para sus vidas consagradas al Maestro, y lo vislumbran como un lugar de bienaventuranzas y de paz nunca antes concebidas o imaginadas por hombre alguno. Los creyentes tradicionales han creído en que sus antepasados difuntos, están ahora en el cielo como ánimas desencarnadas o ángeles que tocan el arpa todo el día y por la eternidad. No obstante, esta creencia tradicional contradice lo dicho por Yahoshúa concerniente a que los muertos en el Mesías verán finalmente a Elohim y al Mesías en la resurrección del día postrero. Veamos algunos pasajes bíblicos que han sido ignorados o pasados por alto por los maestros y líderes religiosos de las iglesias en general, y que enfocan el asunto de manera muy distinta:

La Verdad Sobre los Muertos y la Vida Futura:

1 Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Elohim, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que CUANDO ÉL SE MANIFIESTE, seremos semejantes a él, porque LE VEREMOS TAL COMO ÉL ES”.

Comentario: Este pasaje ha sido pasado por alto por los cristianos en general, pues contradice la teología “cristiana” tradicional que dice que los cristianos verán al Mesías en el momento de su muerte, y no, en ocasión de la segunda venida del Mesías en gloria, como afirma Las Sagradas Escrituras. Aquí Juan es claro al decir que veremos al Mesías tal como él es ahora (divino), únicamente cuando seamos semejantes a él. ¿Y cuándo seremos semejantes a él? ¿Y cuándo le veremos tal como él es?¿En nuestra muerte? No! En nuestra resurrección, cuando el Mesías divino vuelva nuevamente en persona a este mundo en el día postrero. Veamos otras pruebas bíblicas:
* Juan 11:25: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.
* 1 Corintios 15:42-45,51-53: “Así es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.”
* 1 Tesalonicenses 4:13-18: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Yahoshúa murió y resucitó, así también traerá Elohim con Yahoshúa a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Maestro; que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Maestro, no precederemos a los que durmieron. Porque el Maestro mismo con voz de arcángel, y con trompeta de Elohim, descenderá del cielo; y los muertos en el Mesías serán resucitados. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Maestro en el aire, y así estaremos siempre con el Maestro. Por tanto, alentaos unos a los otros con estas palabras”.

Este texto de 1 Tesalonicenses 4:13-18 es muy iluminador, y no obstante, muy poco leído o conocido. Y es que este texto, y los otros citados arriba, contradicen abiertamente, y claramente, el postulado escatológico o teologal de la vida futura del cristianismo tradicional, el cual enseña que los muertos en El Mesías están ahora disfrutando con el Maestro de la gloria celestial. Ahora bien, adviértase que Shaul (Pablo), el autor de estos versículos, dice que nosotros recibiremos al Mesías, ¡y no al revés! Léalo por usted mismo ahora mismo en los versos citados de 1 Tesalonicenses 4:13-18. Si en verdad los muertos “vuelan” al cielo, ¿no sería lógico que el Mesías los reciba a ellos en su morada celestial? Pero la verdad es lo opuesto, ¡nosotros le recibiremos a él! ¿Y por qué? Porque él volverá a las nubes de nuestra atmósfera, y con voz de mando ordenará que los muertos creyentes resuciten y le den la bienvenida en el aire. Eso lo dice Pablo muy claramente en estos versículos de 1 Tesalonicenses 4. Además, Pablo no dice que los muertos fieles ---recién resucitados---irán con él al cielo, sino más bien, que estarán juntos siempre con él. Pero: ¿Dónde? Eso lo veremos más adelante.

Ahora bien, si lo aceptado tradicionalmente fuera verdad: ¿Qué sentido podría tener nuestra futura resurrección, si los muertos en la fe siguen vivos en el cielo? Definitivamente hay cosas que no andan bien con la teología tradicional, que enseña nuestra partida al cielo inmediatamente después de nuestra muerte. Usted no encontrará en Las Sagradas Escrituras ningún pasaje que se nos asegure una estadía eterna en los cielos. Busque usted tan sólo un texto bíblico en donde supuestamente El Mesías nos promete el cielo, y yo le aseguro que no lo encontrará.

Lázaro y Marta: Dos Amigos de Yahoshúa:

Usted recordará la historia del difunto amigo de Yahoshúa llamado Lázaro. Esta historia de Lázaro es muy interesante, pues nos da una visión de la esperanza de los difuntos creyentes. La mayoría de los cristianos no se han puesto a reflexionar sobre este acontecimiento que conmocionó, no sólo a la familia de Lázaro, sino también a Yahoshúa. Un resumen de lo sucedido según está registrado en Juan 11:1-44 es como sigue:
1.- Las hermanas de Lázaro mandan a avisar a Yahoshúa que Lázaro está muy enfermo (v.1-3).
2.- Yahoshúa demoró dos días su llegada a la casa de Lázaro, y Lázaro muere (v.6-14).
3.- Cuando Yahoshúa llega a la casa de Lázaro, éste ya estaba sepultado 4 días (v.17).
4.- Marta sale al encuentro de Yahoshúa, y es confrontado por ella porque Yahoshúa no había llegado a tiempo para sanar a Lázaro (v.21).
5.- Yahoshúa le promete a Marta que Lázaro resucitará (v.23).
6.- Marta le responde que ella sabe que su hermano resucitará “en el día postrero” (v.24).
7.- Yahoshúa insiste que aquel que cree en él resucitará y no morirá eternamente (v.25,26).
8.- Yahoshúa afirma que Marta, y las demás personas que están de duelo, verán la gloria de Elohim con la resurrección de Lázaro a pesar que éste ya olía mal (v. 39,40).
9.- El Mesías ordena a Lázaro salir de su sepulcro (v.43).
10.-Lázaro resucita envuelto en vendas hasta su rostro (v.44).

Sin duda la resurrección de Lázaro sirvió para demostrar que el Elohim de Yahoshúa tenía el poder de resucitar a los muertos que estaban ya en descomposición. La presencia de un Lázaro revivido reforzó el testimonio de Yahoshúa y la verdad de su persona como el unigénito Hijo de Elohim.

No obstante, este registro histórico demuestra que los primeros fieles creyentes, como Lázaro y sus dos hermanas María y Marta, eran creyentes en la resurrección de los muertos en el día postrero. Marta y María sabían que volverían a ver a su hermano en el día de la resurrección de los justos, y esa creencia, sin duda, les daba consolación. Aquí no encontraremos ninguna “esperanza celestial”, o que Lázaro estaba gozando de las “bienaventuranzas celestiales”, en la misma “presencia de Elohim” en el cielo. En otras palabras: No vamos a encontrar a Yahoshúa diciéndoles a los deudos algo así como: “No os aflijáis, pues Lázaro ya está en la presencia del Maestro gozando de las bienaventuranzas celestiales”. Lo que él les dijo era que Lázaro resucitaría de su sepulcro. Nótese que tampoco Yahoshúa dijo: “Baja Lázaro, y regresa a tu cuerpo”, sino más bien: “¡Lázaro, ven fuera!”.

Esto es muy significativo, pues los muertos no están en el cielo, sino en sus sepulcros; y esto concuerda con lo dicho por Yahoshúa mismo en Juan 5:28,29 donde se lee: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en sus sepulcros (no en el cielo) oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”.

Examínese bien lo dicho por Yahoshúa en este pasaje, pues de no hacerlo caeríamos en error.
1.- Yahoshúa dice que habrá resurrección de buenos y de injustos.
2.- Yahoshúa afirma que los buenos resucitarán para recibir la vida eterna.
3.- Yahoshúa afirma que los malos no recibirán la vida sino la condenación o la destrucción.

Si los muertos en el Mesías siguen viviendo, y nunca mueren, ¿por qué Yahoshúa afirma que los justos tendrán una resurrección de vida? Esto es sorprendente, pues desdice la creencia sobre la doctrina de la vida futura.

Los Muertos no están Vivos:

Entonces, es claro que los muertos no siguen viviendo en otra esfera o dimensión, sino más bien, siguen inconscientes en sus tumbas, sin poder pensar, amar, odiar, maquinar cosas, pecar, etc. Los muertos están muertos y no vivos. Decir que los muertos viven es como decir que el color oscuro es claro. En Eclesiastés 9:5,10 leemos: “Porque los vivos saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol... porque en el sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”

Y el salmista David dice de los muertos, lo siguiente: “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4). Nótese que los muertos no piensan. Como dijo Descartes: “Pienso, luego existo”; en consecuencia, los que no piensan---¡No existen!¡Dejan de existir!

Continua... http://208.53.168.57/~sendanet/Asamblea/docs/USTED_NO_IRA_AL_CIELO.htm

TOMADO DE NUESTRA PAGINA/BLOG AMIGA :    http://asambleayahwehmexico.blogspot.com/

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